Es obvio que usar la mascarilla de continuo nos resulta incómodo y por eso a menudo nos vemos en la necesidad de descansar de ellas.
Pero el problema viene cuando decidimos hacerlo dejándola colgar de una de las orejas o bien colocarla en la barbilla a modo de babero.
Y es que con este gesto lo que hacemos es que corremos el riesgo de que la zona posiblemente contaminada de nuestras manos toque nuestra boca o nuestra nariz y acabe transmitiendo el COVID-19 por contacto. Por eso se recomienda que, en la medida de lo posible, evitemos estos hábitos y, siempre que no haya nadie alrededor, si queremos quitarnos la mascarilla, lo más recomendable es cogerla por las tiras y retirarla totalmente; para luego, cuando vayamos a volvérnosla a poner, volverla a coger por las tiras. Evitando en todo momento el contacto de la zona interna que luego contactará con nuestra nariz y boca.
Con estos pequeños gestos podremos evitar males mayores.
Por eso, desde Biosalud aconsejamos a nuestros clientes tener paciencia y cuidar la manipulación de las mascarillas hasta que esta pandemia pase; que a buen seguro será pronto.