No provoca hipoxia ( falta de oxígeno en el cuerpo ) ni disminuye el sistema inmunitario como está corriendo por las redes sociales por medio de bulos.
Ni provoca hipercapnia ( exceso de dióxido de carbono ), que supuestamente conllevaría el envenenamiento de la sangre, ni mucho menos alteraciones mentales ni físicas, como se da por sentado en estas noticias pseudocientíficas que se están extendiendo desde que comenzó a extenderse la pandemia del covid-19.
Un lider antivacunas, el supuestamente doctor Stefano Montanari, afirma que el anhídrico carbónico que expulsamos y volvemos a respirar provoca hipoxia e hipercapnia, que es conocida como la acidosis respiratoria, que, por otro lado, tampoco tiene ninguna relación con el cáncer que se haya demostrado científicamente.
Al mismo tiempo se está extendiendo un gráfico en el que se ilustran todos los inconvenientes de llevar puesta la mascarilla, en el que se intenta disuadir de su uso con estos argumentos:
– Impide la respiración
– Impide la oxigenación pulmonal
– Te produce que respires tus propios deshechos exhalados
– Provoca hiperventilación
– Intoxicación por micorpartículas del material de las propias mascarillas
– Hacen que respires tu propio CO2
Expertos epidemiólogos y científicos destacados han aclarado que, al contrario de lo que propagan estos bulos, el uso de las mascarillas FFP2 y FFP· no disminuyen la entrada de oxígeno a nuestro organismo provocando el aumento de cortisol, ya que «éste componente sólo se produce en situaciones de estrés agudo».
Todos estos puntos no sólo no están constrastados con ningún tipo de estudio científico, sino que sólo buscan desorientar a la ciudadanía, que tienen la responsabilidad de utilizar tanto las mascarillas como el resto de medidas que aconsejan nuestras autoridades sanitarias para detener la propagación del coronavirus.