Con la llegada del frío hay personas que pueden llegar a pensar, llevados por el sentido práctico y la comodidad, que con utilizar una bufanda o un pañuelo que les cubra la boca y la nariz es más que suficiente como barrera para frenar el contagio de la pandemia de la covid19.
Y, por supuesto, nada más lejos de la realidad.
Está demostrado que las bufandas sólo reducen el riesgo de infección en un 44% y que este índice va rebajándose considerablemente conforme se prolonga su uso. Así, se ha calculado que tras 20 minutos de uso, su efectividad llega a bajar hasta un 24%, es decir, la mitad de la que tenía inicialmente.
Así mismo, el uso de un pañuelo como barrera virológica sólo contribuye a reducir en la mitad el contagio por gotas.
Dicho lo cual, desde Biosalud seguimos llamando al sentido común y pedimos a la población que no abandone el hábito de usar mascarilla mientras dure la pandemia.