Las mascarillas quirúrgicas son las que suelen utilizar el personal sanitario y aquellas personas infectadas o bajo sospecha de estarlo. Su uso tiene como finalidad impedir que las personas que tengan carga vírica la transmitan al expirar, bien al toser, hablar, estornudar, etcétera. Son, por tanto, altamente eficaces ante la filtración bacteriana EFB. Y, según sea su EFB las hay de dos tipos: I y II ( esta última con mayor nivel de filtración, y suelen, además, ser resistentes a salpicaduras de sangre ).
Su venta es exclusiva de farmacia y su uso no debe exceder de la 4 horas y deben de ser reemplazadas si están húmedas, sucias o rasgadas.
Es importante mirar la fecha de caducidad, para que su uso sea efectivo.